A medida que envejecemos todos nos volvemos más frágiles.
Nuestros huesos se debilitan, nuestro equilibrio disminuye y aumenta el riesgo de caídas.
Llegada determinada edad, tanto en las residencias de ancianos, como en nuestros propios hogares, la pregunta no es si podemos sufrir una caída sino cuándo sufriremos esa caída.
A menudo, una de las consecuencias más comunes y más graves de una caída es la fractura de cadera.
El 90% de las fracturas de cadera son causadas por una caída. Una fractura de cadera es cualquier rotura del hueso del muslo alrededor de la articulación de la cadera.
Este tipo de fractura, que es una lesión grave, casi siempre requiere reparación o reemplazo quirúrgico.
Las cirugías de este tipo conllevan un periodo de varios meses, en los cuales se va a necesitar fisioterapia, que para algunas personas puede ser traumática y pueden ocurrir complicaciones.
De entre las personas de edad avanzada que sufren una fractura de cadera, aunque en el momento de producirse la caída viviesen de forma independiente en su propia casa, un gran porcentaje ya no podrán disfrutar de la independencia anterior y en algunos casos se pone en peligro incluso la supervivencia.
Estos accidentes pueden ocurrir en cualquier lugar y momento del día, imposible predecirlos, ya que ocurren tanto en la calle, como en el propio dormitorio, en la cocina, en las escaleras, etc.
Es obvio que las personas de toda edad y condición tenemos riesgo de caernos, pero las que tienen menor densidad ósea son las que tienen el mayor riesgo de fractura de cadera.
Las personas de edad avanzada, aparte de menor densidad ósea y menor masa muscular, tienen otros factores de riesgo como un aumento de la falta de equilibrio, problemas de visión, y un tiempo de reacción que lógicamente es más lento.
Hay que decir también que las fracturas de cadera ocurren en mayor porcentaje entre las mujeres que entre los hombres. Después de la menopausia, los cambios en el cuerpo femenino provocan una reducción de la fuerza y densidad ósea.
En ambos géneros, los mayores factores son edad, falta de ejercicio y desnutrición y bajo peso.
La osteoporosis está presente en la mayor parte de las fracturas de cadera sin embargo las afecciones médicas crónicas son también un factor de riesgo importante, y las personas con demencia, presión arterial baja o incontinencia tienen mayor riesgo de sufrir caídas.
La medicación también influye, los medicamentos con cortisona debilitan los huesos si se toman durante mucho tiempo, y ciertos medicamentos o la combinación de ellos puede provocar mareos.
Por todo ello, hay que ser realistas y pensar que hay un porcentaje de la población cuyas probabilidades de caerse son enormes, aunque tomemos todas las precauciones posibles.
Aceptada esta premisa, os vamos a enseñar un producto que va dirigido a minimizar las consecuencias de la caída.
De esta forma, el miedo a caerse será menor, tendrá una mayor confianza que es muy importante a la hora de socializar, moverse y sentirse seguro.
PROTECTOR DE CADERA SUPRIMA
Esperamos que os haya gustado y que si os surgen dudas nos pregunteis.
Hasta otra !